sábado, 26 de diciembre de 2009

Eliminando el Anatema

Muchas veces escuchamos o leemos sobre Anatema ya sea en el pasaje de la Biblia o en alguna predicación, pero pocas veces creemos que nosotros mismos podemos ser considerados como anatema o tener algo que lo sea.
En el Antiguo Testamento corresponde con el término "herem", que significa todo aquello consagrado a la destrucción. En el Nuevo Testamento se trata de lo consagrado a la maldición de Dios y a la destrucción.
De acuerdo con lo indicado tanto por el Antiguo como el Nuevo testamento, podemos ver que Anatema es todo lo que Dios ha manifestado que sea apartado para destrucción, es decir, que no se puede tocar porque va a ser destruido.
En I Corintios la Palabra del Señor nos dice "El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene". Con atención, analicemos lo dicho en este versículo, donde dice que todo el que no ame al Señor sea anatema. Ahora, que es ama al Señor; San Juan 14:15 dice "Si me amáis, guardad mis mandamientos"; entonces, quien no guarda los mandamientos del Señor no le ama; o sea, el desobediente, el fornicario, el borracho, el que no respeta a sus padres ni les honra, el que roba sin importar el valor de lo robado, entre otros, no están guardando los mandamientos del Señor y por ende no le ama y de acuerdo con lo que dice la Palabra del Señor en I Corintio según vimos es considerado anatema.
La reflexión del párrafo anterior, nos debe hacer revisar bien nuestros comportamientos y actitudes, dado que si fuéramos considerados anatemas estaríamos siendo apartados por Dios para ser destruidos; si, para ser destruidos sin la esperanza si no existe un verdadero arrepentimiento.
En el libro de Josué, específicamente en el capítulo 6; el pueblo de Israel se prepara para tomar Jericó; del versículo 17 al 19 el Señor les dice que la ciudad es anatema y todas las cosas que hay en ella por los que les ordena que no toque ni tomen nada para que no vayan a hacer anatema el campamento de Israel.
En el capítulo 7 se refiere al pecado de Acán quien no resistió la tentación y tomó un manto babilónico, doscientos siclos de plata y un lingote de oro (v. 21). Por este pecado Acán y toda su familia enfrentó la ejecución y fueron destruidos. Ahora, alguien podría preguntarse porque tuvo que pagar con la muerte toda la familia; pero es que todos fueron considerados como conspiradores por lo que él hizo, es decir, ellos ayudaron a cubrir su culpabilidad. Nadie podría llevar algo a la casa sin que nadie se de cuenta, menos todo lo que llevó Acán.
En nuestro hogar debemos cuidar que llevamos a nuestra casa, o que están llevando nuestros hijos o familiares que no vaya a ser que estemos permitiendo un anatema en nuestra propia casa. Es necesario tener cuidado en quien nos visita; no podemos llevar a nuestra casa a cualquier persona, gente que solo llega a traer chismes y contiendas o personas que blasfeman contra Dios en sus pecados y maldades. Nuestro hogar no es ningún relleno sanitario para traer basura o permitir que cualquiera venga a depositar basura con sus chismes o hablando mal de otras personas.
El versículo 7:21 del libro de Josúe nos dice "Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello".
Hay cuatro pasos que conducen al mismo camino de pecado, según el versículo anterior; primero dice la palabra que "vi", detenerse a ver, lo que conduce al segundo que es "codiciar", este paso es permitir que a aquella tentación baje al corazón, lo que inevitablemente llevará al tercer paso que es "tomar" que es la acción o ejecución del pecado, lo cual trae otro pecado en la mayoría de los casos para cubrir el primero que es "esconder". Este es el mismo caso del rey David cuando vio a Betsabé, después la codició, la tomó y finalmente para encubrir o esconder su pecado envió a matar al esposo de esta.
Por lo tanto, es necesario que prestemos suficiente atención para identificar si hay algo anatema que haya entrado en nuestro hogar, ya sea por medio de nosotros mismos o por nuestros familiares y eliminarlo de inmediato en el Nombre de Jesucristo; a quien sea toda la Gloria y la Honra; AMEN.

2 comentarios:

  1. Excelente enseñanza,a sido de gran ayuda para mi y otros, ya que lo comparti :-)...

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  2. muchas gracias por tus palabras, Dios te continúe bendiciendo

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