sábado, 29 de mayo de 2010

Lavados por la Sangre del Cordero

Hemos sido concebidos en la mente de Dios desde antes de la fundación del mundo; concebidos y después creados para tener amistad y comunión con Dios.

El pecado de Adán y Eva nos apartó de la amistad y comunión con Dios. Quedamos en las manos de Satanás, como de su propiedad, a merced de todo lo que él quería en nosotros; lo cual es destruirnos.

Esta destrucción implica de tres formas; primero en el cuerpo, por medio de enfermedades y ataques a nuestra salud, agresiones recibidas o por si mismo; segundo en el Alma, por medio de depresiones, falta de perdón, corazones rotos con heridas que marcan la voluntad y el deseo de las personas, lo cual les hace caer en sufrimientos que algunas veces no se explica el motivo.

En tercer lugar, Satanás trata de destruir nuestro espíritu al tratar de llevarnos lejos de la presencia de Dios, alejados del Espíritu Santo de Dios. Con esta forma ya no existe revelación a nuestras vidas, la persona no tiene cerca el consolador para ayudarlo, enseñarlo y guiarlo en momentos difíciles de su vida.

En la cruz del calvario, Cristo nos libertó de todas estas ataduras, nos hizo libres y somos ahora nuevas criaturas para su gloria y honra. El significado de la transformación en la vida de Cristo nos trae:

  • Ser convertidos en hijos de Dios
  • El perdón de pecados
  • Somos amados por Dios
  • Nuevas criaturas, nueva vida espiritual
  • Tenemos paz con Dios
  • Nuestra comunión con Dios es restaurada
"He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír". Isaías 59:1-2

Como resultado del pecado; las personas comenzaron a temerle a Dios en lugar de tener comunión con Él.

"quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" I Pedro 2:24

Es por esta forma que nuestra relación con el Padre Celestial ha sido restaurada.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" I Juan 1:9

No importa el pecado que hayamos cometido, Dios nos perdonará si nos humillamos y le pedimos perdón, entonces él nos limpiará y levantará como uno de sus hijos preferidos.

"Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego". Romanos 1:16

Jesús dijo que él es la puerta y el que por él entre será salvo.




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