viernes, 29 de mayo de 2020

Nuestra negligencia

La Palabra de Dios nos dice en el libro de San Marcos 16:15; "...Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura"; 2000 años que se nos dio esta comisión por parte de nuestro Señor Jesucristo, antes de ascender a los cielos.

La iglesia primitiva si que se tomó en serio la orden de Jesús, predicaban como un estilo de vida, en testimonio y en palabra, iban por las ciudades hablando de las escrituras, con poder y unción del Espíritu Santo sanaban enfermos y sacaban demonios; además, hacían discípulos por todos los lugares donde pasaban. La Iglesia crecía  como lo indica el libro de los Hechos 5:14 "Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres".

Donde perdimos como Iglesia esa capacidad generadora para ganar Almas para Cristo, de sanar enfermos, de sacar demonios, donde la iglesia perdimos esa pasión, y quiero corregir, no toda la iglesia, hay una parte de la iglesia que lo sigue haciendo, como lo hacía toda la iglesia primitiva; pero hoy día una parte de la iglesia no se identifica con ese llamado, queremos recibir bendiciones, queremos ser llenos del Espíritu Santo, queremos que nuestra familia sea salva, pero dejamos que sean otros los que vengan a predicarles.

Si en el mundo de hoy tuviéramos un 30% de aquellos hombres y mujeres de la primera iglesia, no estaríamos viendo en el mundo moderno, como se aprueban en los países, el matrimonio igualitario, como en muchos países se asesinan niños no nacidos, porque sus papás decidieron no tenerlos, como los gobiernos de turno llevan a las escuelas programas de educación sexual llenos de inmundicia, para enseñarla a nuestros hijos, si así como se escucha a los hijos de los cristianos, que la gran mayoría de ellos olvidaron cumplir la gran comisión, ordenada por aquel que vino a morir por nosotros y dar su sangre para el perdón de pecados.

Cuando la iglesia esté en el cielo, una pregunta que seguro será obligatoria de parte de Pedro, Pablo, Juan, y muchos héroes del siglo I, será ¿Qué pasó, porqué no predicaron como debía hacerse?.

Si nuestros maestros de escuela hoy estuvieran evangelizados, estas clases no se darían y si fueran obligados a hacerlo, lo harían de una forma cristiana. Nuestros magistrados, diputados, gobernadores, presidentes de países, no estarían interesados en aprobar leyes que atentan contra los valores cristianos, contra la vida.

Como iglesia debemos retomar el camino de la evangelización, el camino de la enseñanza uno a uno, el camino del poder de la Palabra de Dios; bajo la unción del Espíritu Santo. No nos enojemos hoy contra aquellos que promueven leyes antinaturales, que promueven el aborto, enojémonos con nosotros mismos por no hacer lo que se nos envió; la iglesia es corresponsable de todas estas cosas, al no haber hecho bien su trabajo; Dios nos perdone.
Bendiciones


miércoles, 27 de mayo de 2020

El día más triste en nuestro país

El día de ayer 26 de mayo se escribe una de las historias más tristes en nuestro país.

Se bofetea nuestra legislación, ya que la aprobación del matrimonio igualitario, fue impuesto por organismos internacionales. Se bofetea la institución más sagrada criada por Dios, que es el matrimonio, para la creación de una familia, de procreación de hijos e hijas que solo un hombre y una mujer lo podrán.

La negligencia de los diputados del sector cristiano; la corrupción de un gobierno que desde su inicio, ha trabajado en temas que atentan contra la dignidad humana, principios y valores de la mayoria de este país.

Pero también debo decir, que se cumple todo lo que está escrito en la Palabra de Dios, de todas las cosas que deban pasar, antes de la venida de nuestros Señor Jesucristo. Viendo como una película, el pueblo y líderes de nuestro sector estuvieron adormecidos, recuerdo cuando se hablaba de hacer marchas como se hicieron en Panamá y otros países, y siempre había oposición, llamado a esperar la buena fe de este gobierno, como si fuera un gobierno de ovejas. Nos manejaron diría como marianetas, y lograron al final cumplir su único sueño.

Ahora, los cristianos, los que verdaderamente, son parte del Reino de los cielos, debemos unirnos en un solo cuerpo, sin divisiones, y clamar por nuestro país, que la ira de Dios, no alcance a este precioso país, tal y como lo hacía Moisés cuando oraba a Jehová para que no destruyera al pueblo de Israel en medio del desierto.

Buscar una intimidad mas fuerte con el Señor, ante la ya segura venida de Cristo. Hoy hay burlas de muchos que creen haber ganado la guerra, lo que han ganado es una batalla aquí en la tierra, la guerra la gana la iglesia de Cristo, cuando venga por ella, y allí cada uno recibirá su juicio por sus pecados o juicio por sus obras en el reino. Bendiciones