Cuando Dios está en medio de un proyecto, hay bendición y crecimiento en todo lo que se planee. Los recursos llegan de lugares desconocidos, las puertas se abren, la visión es cada vez más clara y sin darnos cuenta llegan los resultados mejor de lo que habíamos planeado.
Inicialmente, Jesucristo llamó a 12 hombres, a los cuales se les conoce como los Apóstoles; posteriormente, habían 72 discípulos, después 500, más adelante en la primera predicación de Pedro llegan otros 3000, después otros 5000 hombres; y el número ha continuado creciendo hasta el día de hoy, sin que nadie se explique como se ha logrado, en medio de tantas pruebas y tribulaciones.
En el libro de San Marcos 4:26-29 se nos hace una referencia a una parábola del crecimiento de la semilla y se hace la comparación con el Reino de Dios.
En el versículo 26 dice que la semilla es echada en la tierra. Echar la semilla en la tierra, es un trabajo muy simple; el mérito está en el que elaboró la semilla. Nuestro trabajo es contar al mundo lo que Jesucristo ya hizo.
En el versículo 27 el hombre de la Parábola, se duerme y se levanta de noche y de día, pero no logra conocer como es que la semilla brota y crece. Esto significa el trabajo que hace el Espíritu Santo de Dios en el corazón y la vida de las personas. Nuestro trabajo es solo orar y orar. El crecimiento y las cosas que suceden en la vida de las personas, es algo que nosotros no podemos explicar ni entender, es una obra maravillosa del Espíritu Santo en la vida de quienes permitieron que la Palabra sea sembrada en sus corazones. Es aquella semilla que cayó en buena tierra y produjo al treinta, sesenta y ciento por uno.
De tal manera podemos ver en el versículo 28 la comparación con aquella persona, que primero se arrepiente, se convierte, después se bautiza, empieza a ser discipulado, anhela estar solamente en la presencia de Dios y en el versículo 29 el nuevo convertido empieza a dar frutos dentro del Reino de Dios.
Reitero es algo que nosotros no podemos explicar, es un milagro dentro de la conversión y el cambio de las personas, donde las cosas viejas pasan y ahora son todas nuevas. Nuevo nacimiento es dejar todas las cosas y costumbres viejas, para entregarse totalmente al Señor Jesucristo.
Nosotros solamente hablamos la Palabra, oramos, y la Iglesia empieza a crecer y desarrollarse en todas las áreas, sin que nosotros podamos explicar como se está logrando. Es similar a aquella planta, que después de echar la semilla, se convierte en hierba, después en espiga y después el grano lleno en la espiga, finalmente en el fruto.
Para complementar también leamos San Marcos 4:30-32
bendiciones