martes, 21 de julio de 2009

Oración por el Pueblo de Honduras

Durante las últimas semanas el mundo ha estado a la espectativa de los acontecimientos que se desarrollan en Honduras; donde un golpe de estado ha venido a dividir la población de ese país.
Hacía 40 años que no se daba una situación como la indicada en ese país, y ya en Centroamérica habíamos olvidado estos bochornosos actos, solamente eramos testigos lejanos de estos acontecimientos en países de otras latitudes de nuestro planeta. Prácticamente toda una generación de centroamericanos no recuerdan estos hechos en nuestros países.
En estos días el Presidente de Costa Rica Oscar Arias (escogido como mediador) se ha sentado a negociar con las dos partes (representantes del gobierno derrocado y del gobierno actual), presentando una agenda con 7 puntos de acuerdos que deban ser aceptados por las partes.
Como fuimos testigos este domingo, no hubo conciliación entre las partes y el diálogo finalizó sin ningún acuerdo aprobado que trajera el final de este conflicto. En un esfuerzo final el presidente Arias solicitó 72 horas de tiempo para presentar otra propuesta a las partes con la esperanza de lograr un acuerdo mutuo. El mundo está siendo testigo de como se está llegando al final del diálogo sin llegar a convenios positivos y el riesgo de que posterior al diálogo, se llegue a desencadenar hechos violentos en nuestro hermano país, con la lamentable posibilidad de que personas inocentes (además, de los dos fallecidos ya durante el conflicto) mueran a manos no solo de su ejecutor sino a manos de la arrogancia, el orgullo, la mesquindad, y la irresponsabilidad de un grupo de hombres y mujeres que por sus propios intereses y su maldad están llevando a un pueblo a desangrarse, sin importar los niños que quedarán huérfanos, las viudas que llorarán a sus esposos, a sus únicos proeedores para el mantenimiento de la familia.
Como si ya no fuera suficiente el problema social tan grande que enfrenta Honduras con las pandillas de las Maras, que ha traído tanto dolor a miles de familias de este pueblo, que ahora se quiere llevar a una guerra civil, que lo único que hará es traer mas dolor a este pueblo. Que harán los jóvenes huérfanos ante el peligro de ser adoptados por estas pandillas. Finalizada la guerra que podría durar una semana, un mes, un año o solo Dios sabe cuanto, la problemática social, ayudada por el hambre, las drogas, la delincuencia podría ser mas peligrosa y duradera que la misma guerra.
Es el tiempo en que toda la Iglesia del Señor, nos unamos para orar por Honduras, por sus gobernantes, por los diferentes poderes de la República. No importa en que lugar del mundo se encuentre la Iglesia del Señor, todos juntos como un solo cuerpo, debemos clamar a Dios, para que traiga paz al pueblo, llene de sabiduría a las personas que tienen en este momento el poder de decisión para que guiados por el Espíritu Santo eviten cualqier enfrentamiento en Honduras.
Todos juntos, levantemos nuestras oraciones y peticiones por Honduras hasta la misma presencia de nuestro Señor Jesucristo. La Palabra dice "Clama a mí y yo te responderé" por lo que clamamos al Señor y podamos ver su Gloria y Poder.
Dios bendiga a Honduras; Dios bendiga a sus gobernantes y Dios bendiga a todo el cuerpo del Señor que etará unido en oración por este pueblo, que tanto se lo merece.
bendiciones.

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