ANÁLISIS DE LA CARTA A FILEMÓN
1. Introducción
El presente trabajo tiene como principal objetivo hacer un análisis exegético a la carta de Pablo enviada a Filemón.
Una de las cartas pastorales que desde la prisión el apóstol envía, y que está llena de una gran enseñanza tanto para la época que la escribió, como para hoy en nuestros días.
Tal y como lo hemos estado aprendiendo en este curso, utilizamos el recorrido interpretativo, que consta de 4 pasos, los cuales nos permite hacer una adecuada interpretación bíblica de lo que el autor realmente dijo a sus lectores originales, para llevarlo a una aplicación correcta al lector de hoy.
Se han desprendido dos principios teológicos, sin pretender que sean los únicos, sino los que como autor de este trabajo, he sido guiado por el Señor.
En la carta tenemos como personajes importantes a Pablo que es el autor, Filemón que es a quien va dirigida la carta, y a Onésimo, quien es el nuevo convertido, y por quien Pablo intercede ante Filemón por perdón.
2. Recorrido Interpretativo
Paso 1. Entender el texto en su contexto original. ¿Qué significó el pasaje para los receptores bíblicos?
La carta de Filemón, es autoría del Apóstol Pablo. Escrita ya siendo un anciano, y cuando se encuentra prisionero en Roma, quizás poco tiempo antes de morir, es una carta muy íntima dirigida a uno de sus hijos espirituales, del mismo nombre de la carta.
La historia de esta epístola transcurre con el trasfondo de los oscuros antecedentes de la esclavitud. Había aproximadamente 60 millones de esclavos en el Imperio Romano, en el cual la población total no excedía los 120 millones. Un esclavo era como un objeto. Era tratado peor que un enemigo y estaba sujeto a los caprichos de su amo. (https://www.escuelabiblica.com/estudio-biblico.php?id=929, sf)
Recordemos que de acuerdo con la ley de Moisés, los amos deberían dejar libres a sus esclavos a los 7 años. No obstante, en estos casos donde se habla del imperio romano, la gran mayoría no pertenecían al judaísmo y entonces las personas que estaban bajo esclavitud, vivían en esta condición toda su vida.
Filemón era un hombre que residía en Colosas, ciudad donde también Pablo había enviado una carta a la iglesia de los colosenses, aunque de acuerdo con algunos eruditos, Pablo nunca visitó la ciudad. Filemón, era un industrial textilero que desarrollaba sus actividades comerciales con mano de obra esclava. Se había convertido por medio de Pablo, era un cristiano activo que hacía reuniones en su casa, lo cual ya se conocía como una iglesia o congregación. Algunos nombres que se mencionan en la carta que son parte de la iglesia donde Filemón se encuentra: Apía y Arquipo.
Por otra parte se menciona en la carta a Onésimo, este hombre había sido esclavo al servicio de Filemón, por alguna razón que no se menciona en la carta, fue inútil (V.11) (Valera, Santa Biblia, 1960); huyó de su amo y se fue a vivir a Roma, lugar donde se encontraba el apóstol Pablo en prisión. Ahora, analizando un poco este tema, podemos ver, que si Pablo hubiese estado en prisión en una cárcel, no hubiera existido la menor probabilidad de que Onésimo lo hubiese escuchado predicando, o que hubiese tenido algún contacto con el apóstol, excepto que Onésimo también estuviera en la cárcel, lo cual no nos lo dice la carta, más tomando en cuenta que Pablo lo envía con la misma carta a donde Filemón, es imposible que fuera prisionero junto con Pablo.
Una segunda opción podría haber sido que su conversión fue antes de que el apóstol haya sido prisionero, no obstante, Pablo ya iba detenido cuando llegó a Roma, lo que no se podría tener con certeza el tiempo entre ser interrogado y ser encarcelado; opción poco probable.
Una tercera alternativa, la cual considero más apropiada, es que Pablo tenía casa por cárcel, desde donde había mantenido contacto con las iglesias lejanas por cartas, o también con sus discípulos mas cercanos, tal y como se menciona en el V.1, cuando menciona a Timoteo quien está cuando escribe a Filemón. Asimismo, en los V. 23 y 24, se refiere a otros que le acompañan, tal como: Epafras, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas.
Cabe mencionar, que el mismo Onésimo, Pablo lo menciona en el V.4:9 de la carta a los Colosenses, como uno de los colaboradores.
Bajo este contexto histórico, tenemos a un Pablo prisionero; un discípulo nuevo llamado Onésimo, que está en su primer amor, pero se encuentra fugitivo; y a Filemón, otro de los discípulos de Pablo, que reside en la ciudad de Colosas, y que es un hombre de confianza del Apóstol, anterior amo de Onésimo, y que además, tiene una iglesia en su casa.
En la carta dirigida a Filemón, Pablo intercede por su nuevo discípulo, dado que según la ley de la época, debía posiblemente pagar su falta con la muerte; “te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones”. (Valera, 1960)
Pablo le indica que lo reciba ya no como esclavo, sino como hermano; esto era algo bastante duro de pedir, a un hombre, que debía de estar muy enojado y con deseos de venganza ante la falta de su esclavo fugitivo. Asimismo, le dice a Filemón, que si en algo lo dañó o le debe, lo ponga a su cuenta, aunque menciona que aun así el mismo Filemón le debe a él.
Pablo pudo haberse dejado a Onésimo con él; por mucho tiempo Filemón no se hubiese dado cuenta, sin embargo, decide regresarlo con el propósito de que Filemón consienta con Pablo sobre la nueva vida del antes esclavo (14)
Pablo sabía que iba a morir, quizás pensó que si se lo dejaba con él y que como lo dice en el V,13 que le sería útil en el evangelio, pero al morir no habría forma de que Onésimo fuese recibido por Filemón con un perdón.
Finalmente, Pablo concluye su carta, con un voto de confianza a Filemón, donde le manifiesta que confía en su obediencia, y sabe que este actuará con misericordia ante el fugitivo y ahora nuevo convertido Onésimo. V. 21“Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo”. (Valera, 1960)
Asimismo, se despide solicitando alojamiento, con la confianza de poder visitarlos, y ofreciendo los saludos de los hermanos que le acompañan, Epafras, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas.
El género literario de la carta de Filemón, la ubico dentro de las epístolas del apóstol, en las epístolas están las cartas dirigidas a la iglesia, y también las pastorales, que son más íntimas. En este caso, considero que es una epístola en el concepto de carta pastoral a su discípulo Filemón.
Paso 2. Medir la anchura del río a cruzar. ¿cuáles son las diferencias entre los receptores bíblicos y nosotros?
Hoy nosotros no vivimos bajo un régimen autoritario y dominante como el del imperio romano, como era el caso de estudio en la carta de Filemón.
No existe tampoco en nuestros países de occidente legalizada la esclavitud, como si lo era en la época del imperio romano.
Hoy tenemos más entendimiento y conocimiento de todo el Antiguo y Nuevo Testamento. En la época que estudiamos, no se tenía el canon neotestamentario, por lo que las cartas y libros estaban separadas y era difícil conocerlas todas, aunque también se leían cientos de cartas de otros autores que hoy no conocemos tampoco.
Los medios de comunicación y redes sociales hubiese permitido en estos días, hacer una videollamada con Filemón y llegar a un acuerdo sobre el caso de Onésimo. Esto no existía en la época de Pablo, por lo que se tenía que enviar al fugitivo con la carta de intercesión.
La ciudad de Colosas, donde residía Filemón y que llevaba a cabo un exitoso negocio en la industria textilera, hoy día es un desierto en un lugar de Turquía.
Ningún hombre hoy día tendría potestad de castigar a alguno que le haya fallado o escapado de su trabajo, dado que estos casos en la actualidad lo verían un juzgado en una corte de Justicia.
Paso 3. Cruzar el puente de los principios. ¿Cuál es el principio teológico que subyace en este texto?
Con base en el estudio realizado a la carta de Filemón, y los apuntes tomados en el primer paso desarrollado, es mi parecer, que se pueden tomar al menos dos principios teológicos, que serían:
El perdón, que debe estar en nosotros presente siempre ante la falta de alguna persona, en algo que nos haya dañado.
La justicia en las relaciones personales. Todos somos iguales ante los ojos de Dios.
Paso 4. Entender el texto en nuestro contexto. ¿Cómo deberían aplicar los cristianos de hoy el principio teológico a sus vidas?
La carta de Pablo a Filemón, es una de las cartas más pequeñas en el Nuevo Testamento, solo por encima de las epístolas de II y III de Juan, y del mismo tamaño de la carta de Judas.
A pesar de su tamaño de solo 25 versículos, tiene un gran valor doctrinal para nuestros días en este tiempo.
En el punto anterior, apunté dos principios teológicos, con esto no significa que sean los únicos o los más importantes quizás, pero son los que, al momento de realizar este trabajo, el Espíritu Santo me lleva para desarrollar la siguiente aplicación y entender de esta manera lo que hoy significa dicha carta, para nuestro diario vivir.
Pablo ha recibido un discípulo que le ha confesado ser un fugitivo, y lo ha restaurado y puesto como un hombre renovado y siervo fiel; y ahora intercede por el perdón de Filemón para el nuevo convertido.
Hoy el Espíritu Santo nos ha convencido de que nuestra vida de pecado nos lleva a muerte, y que solamente acercándonos a Jesús podemos alcanzar el perdón y vida eterna. No le ha interesado que nuestra vida haya sido de cualquier tipo de pecado, por más grande que hayan sido, o por más daño que hayamos hecho a otras personas, si existe un verdadero arrepentimiento, Cristo nos perdona, y nos hace hijos de Dios; tal como lo dice San Juan 1:12 “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Valera, 1960)
En la cruz del calvario, Jesús llevó todos nuestros pecados, nos ha redimido de la muerte con su muerte, con su sangre fuimos lavados de toda maldad, y hoy somos justificados ante Dios Padre.
Miqueas 7:19 dice “Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” (Valera, 1960). Ya no debemos seguir cargando con el pasado, somos ahora nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron; debemos entonces romper con toda acusación que el enemigo nos trae, y todas aquellas ataduras del pasado que nos llevan a recaer.
El perdón recibido siempre nos hace feliz y agradecidos con Dios, aunque también es importante que sepamos aceptar este perdón y perdonarnos a nosotros mismos, ya Jesús nos perdonó, porque algunos siguen arrastrando el pasado y no han podido perdonarse de lo que hicieron.
Ahora también es importante que también con la misericordia que hemos recibido de parte de Dios, al ser perdonados, hagamos lo mismo con aquellas personas que nos han hecho daño. Estudiamos el caso de Filemón, un hombre posiblemente, resentido, enojado y con deseos de vengarse con Onésimo, ante la falta cometida, pero ahora se encuentra confrontado por Pablo, donde le indica que aún el mismo le debe, y pide hacer lo mismo con Onésimo.
Nosotros hemos recibido un perdón inmerecido por parte del Señor, ahora debemos hacer lo mismo con nuestro prójimo. Aquel compañero de trabajo, jefe, familiar o amigo que nos falló, que nos hizo daño en alguna área.
A diferencia de la carta estudiada, aquí no importa si la persona aceptó o no a Jesús, es que debemos perdonar como Jesús nos ha perdonado. Más aún si nuestro ofensor ha sido ya perdonado por el Señor, quienes seriamos nosotros en no perdonar a aquel que ya fue perdonado por Dios.
El segundo principio teológico consiste en la Justicia en las relaciones personales, todos somos iguales ante los ojos de Dios.
No podemos tratar a nadie con menosprecio por una vida pasada, o por lo cualquier condición social que viva, ante los ojos de Dios todas las personas son iguales, Él murió por toda la humanidad, sin hacer acepción de personas.
Hoy día no tenemos esclavos, ni somos esclavos de nadie, no obstante, cuando nuestras vidas están atadas a un vicio, a una vida desordenada y mal habida, somos esclavos, y tenemos necesidad de ser liberados.
Igual las personas que están a nuestro alrededor, atados en cadenas de maldición, debemos sentir compasión por ellos, y hacer la obra que nos fue encomendada, llevar una palabra de liberación, de esperanza y de vida eterna.
Tener compasión por la necesidad de las personas y no aprovecharnos de ellos, ni sentirnos superiores, es permitir que el amor de Dios se manifieste en nosotros para ellos, es llevar compasión al necesitado, es cumplir con el mandamiento de Amar al prójimo como a nosotros mismos.
3. Conclusión
Sin duda ha sido una experiencia enriquecedora haber realizado la exégesis en la carta del apóstol Pablo dirigida a Filemón.
Se realizó todo un estudio del contexto histórico y literario, que permitió contar con un conocimiento muy alto, del verdadero mensaje que el autor envió a sus lectores originales.
La enseñanza para nuestros días, es clara en el sentido que debemos cuidar nuestros corazones, y no guardar rencor, ni odio con nadie, por mas daños que hayan hecho, el perdonar es nuestro deber.
Asimismo, también el llamado que nos hace en el amor a nuestro prójimo, donde debemos velar de no ver a nadie con menosprecio, ni tomando una posición de superioridad con otras personas por las diferencias en las condiciones sociales que se tengan.